La naturaleza nos ofrece constantemente ejemplos de armonía y equilibrio, retazos de belleza que pasan muchas veces desapercibidos. No hablo de grandes entornos naturales de reconocido valor paisajístico, sino de fragmentos de naturaleza que inesperadamente se nos muestran en los lugares mas corrientes. Una escombrera, un arcén sin “limpiar”, un insulso camino o un campo de verzas sin escardar esconden composiciones que, a una mirada mas atenta, muestran una armonía desconcertante de colores, formas y texturas.
Pocos centimetros cuadrados, un solo color, el verde, variedad de tonalidades y formas.
Los elegantes penachos de las gramineas enmarcan una opuntia; el muro, a pesar de no ser un gran ejemplo de mamposteria, entona perfectamente con las hierbas.
Flores de capuchina destacan entre finas hojas de helecho.
Muy lindas todas las fotos!
ResponderEliminarGraciaaas!
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