martes, 7 de mayo de 2013

Manos a la obra

Lo primero como siempre fue analizar el espacio, dividir sectores y trazar los caminos. El terreno tiene mucha pendiente que se incrementa en la zona cercana a la casa. Destinamos la parte más favorable a la plantación de manzanos y la zona mas empinada al jardín, que a su vez, dividimos en varios sectores. Os pongo unas fotos del principio, remontan al año 2008.







Solo existían algún árbol (un membrillero, una higuera y unos pocos manzanos) y algún seto de boj. Es una pena que la vegetación arbórea estuviera toda concentrada en la misma zona, un árbol pegado a otro. Pero en estos casos un árbol maduro es como una bendición y preferimos no cortar nada. Considero un deber del diseñador hacer todo lo posible para incluir las plantas existente en el esquema final del jardín. Al día de hoy no me arrepiento y la imagen que veis en el post anterior ha sido fruto de esta decisión. Así que ya el primer invierno cogí tijeras y serrucho y empecé un largo y paciente trabajo de poda para que estos árboles desgarbados adquirieran una forma equilibrada y pudieran integrarse los unos con los otros, además que con el resto del jardín. Al mismo tiempo empezamos el duro trabajo de limpieza que aun hoy no se ha acabado.

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