Fue en el otoño de este año cuando obtuve por fin las primeras paladas de compost. Por primera vez desde su nacimiento el jardín podía beneficiarse de la aportación de materia orgánica. Un buen compost es indispensable para el bienestar del jardín natural: es rico de nutrientes y microorganismos, mejora la fertilidad del suelo, sus propiedades físicas (por ejemplo la retención del agua) y activa procesos que reducen el riesgo de plagas y enfermedades. Un suelo sano y equilibrado es la base para un buen jardín.
Empezaron a caer las hojas e inexorablemente llegó el invierno pero en nuestro jardín los inviernos no eran tan grises come aquellos de los años anteriores.
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