martes, 31 de mayo de 2011

Año 2009: ultimo capitulo

Durante la primavera y el verano la naturaleza se desborda, lo da todo, pero a partir de finales de verano algunas plantas muestran señas de cansancio: las flores secan, los tallos se doblan, las matas se abren. Es tiempo para el jardinero de coger tijeras y cizallas y poner un poco de orden. Son muchas las plantas que en esta época del año se benefician de ligeros recortes: lavandas,  helycrisum, teucrium, etc. Gracias a estos cuidados, con las primeras lluvias de otoño el jardín tendrá un aspecto limpio y ordenado.

Fue en el otoño de este año cuando obtuve por fin las primeras paladas de compost. Por primera vez desde su nacimiento el jardín podía beneficiarse de la aportación de materia orgánica. Un buen compost es indispensable para el bienestar del jardín natural: es rico de nutrientes y microorganismos, mejora la fertilidad del suelo, sus propiedades físicas (por ejemplo la retención del agua) y activa procesos que reducen el riesgo de plagas y enfermedades. Un suelo sano y equilibrado es la base para un buen jardín.



Empezaron a caer las hojas e inexorablemente llegó el invierno pero en nuestro jardín los inviernos no eran tan grises come aquellos de los años anteriores.

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