jueves, 19 de mayo de 2011

Año 2009: 1a parte



Pronto llegó el invierno. Las herbáceas anuales y las vivaces desaparecieron progresivamente y el jardín quedó triste y deslucido. El invierno, a pesar de su aparente opacidad, es una estación muy importante para el jardinero. Durante esta época el jardinero puede evaluar con claridad la distribución y el peso de la estructura del jardín. Es como observar un cuerpo humano con rayos X y comprobar que cada hueso esté en su sitio. Si dotamos el jardín de una buena estructura podemos estar seguros que este tendrá un aspecto digno y equilibrado en los grises día de invierno. Las plantas de follaje perenne estratégicamente situadas a los pies de árboles de hoja caduca o como telón de fondo cumplen esta función.


Durante el primer invierno en el jardín Menecha tuvimos que conformarnos con poco. Los Viburnum tinus, los supuestos protagonistas del invierno, no alcanzaban todavía el medio metro de altura. No obstante pudimos disfrutar de alguna bonita escena como la que se ve en la foto: las Bergenias (hortensia de invierno) formaron un conjunto acertado con las hojas bronceadas del Phormium.

No hay comentarios:

Publicar un comentario