jueves, 19 de mayo de 2011

Año 2009: 2a parte

Desde diciembre hasta febrero el Jardin Menecha está totalmente a la sombra. Solo algún débil rayo, en un día soleado de invierno, logra penetrar a través de las densas copas de los eucaliptos que indecentemente revisten la ladera de la colina. Cuando a finales de febrero la trayectoria del sol pasa por encima de la línea de los grises árboles es la señal de que el invierno vuelve a su fin. Salir al jardín para gozar de los tibios rayos de sol es algo irresistible.

Pero es solo a finales de Marzo cuando el jardín vuelve a iluminarse enteramente. Estos días suelen coincidir con la floración de una planta que con los años se ha convertido en un símbolo de la temprana primavera en el jardín, no solo por su alegre y abundante floración, sino por su exquisita fragancia. Debo admitir que cuando la planté no había dado tanta importancia a su aroma. El Cytisus “porlock” es una planta de rápido crecimiento y de seguro efecto; su floración amarilla atrae todas las miradas.
Fue en un día soleado de marzo cuando por primera vez empecé a ver sacar tumbonas y sillas al jardín. Era la llamada del jardín, la fuerza de atracción que ejerce la naturaleza delante de la puerta de casa, el deseo de salir al aire libre.


Por lo que concierne la vegetación, la primavera 2009 superó con creces nuestras expectativas. Las plantas en su segunda primavera crecieron de manera considerable, a un ritmo bastante mayor que el año anterior. Esto significaba que estaban ya afianzadas y podían contar con un sistema radical bien desarrollado que les permitió crecer y florecer en abundancia.

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