miércoles, 19 de junio de 2013

Los errores más comunes

Tengo que ser sincero: rara vez veo jardines que me sorprendan por la armonía del conjunto. Cuando compramos una casa con finca, los espacios exteriores suelen presentarse como una extensión abierta sin nada, a diferencia de los interiores que nos vienen ya estructurados y organizados. Lo normal es que no nos preocupemos de distribuir el espacio, sino solo de sembrar césped y de plantar algún arbusto. Imaginaros una casa sin paredes donde pondríamos unos muebles aquí y allí sin criterio aparente (no estoy hablando del open concept). Y entonces no es de extrañar que la gran mayoría de los jardines particulares no tenga ni pie ni cabeza (perdonad la crudeza de esa afirmación).
Se puede objetar afirmando que no todos somos expertos jardineros, ni tampoco tenemos porque contratar a un paisajista, pero, estoy convencido de que, con un poco mas de cuidado, podemos hacer que nuestros jardines sean mas agradables y disfrutables. No voy a tratar aquí de los fundamentos del diseño de jardín, que podéis encontrar bien explicados en cualquier libro de diseño, pero os voy a decir cuales, desde mi punto de vista, son los errores más comunes que se cometen en el jardín (no es raro el caso en que concurran todos en el mismo jardín):
1.      Hacemos de nuestro jardín una colección de plantas. Lo que suele ocurrir es que año tras año compremos las plantas que mas nos gustan para plantarlas en nuestro jardín allí donde hay espacio. Nuestro jardín se convierte con los años en un revoltijo de arbustos donde lo unico que destaca son conflictos y estridencias.
2.     No pensamos en el tamaño que las plantas alcanzan a madurez. No me canso de decirlo: las plantas en vivero tienen un tamaño que muchas veces no es ni el 10% de lo que será. Un arbusto alto 30-40 cm en vivero a los 5-6 años puede medir tranquilamente 3 m y ocupar una superficie y un volumen 10 veces mayor. Por no hablar de los arboles, por ejemplo arboles frutales. He visto manzanos plantados a menos de 2 m de distancia. Esa falta de previsión nos obliga a recortes drásticos o incluso a tener que eliminar plantas de nuestro jardín porque “había crecido demasiado”. Una pena, porque los años perdidos en un jardín no se recuperan.
3.     No tenemos en cuenta los requerimientos de las plantas. Volvemos un poco al primer punto porque es consecuencia de que, en la compra de plantas, solo nos guiamos por lo que nos gusta. Entonces es común colocar plantas de sol a la sombra y plantas de sombra a pleno sol. A la hora de escoger plantas nos fijamos aun menos en el tipo de suelo (arenoso, arcilloso, etc.) de nuestra parcela; algunas veces no hay ni siquiera la suficiente profundidad de suelo.
4.     Tendemos a marcar el perímetro de la finca con setos rígidos. Esa práctica crea en la mayoría de los casos un efecto verdaderamente desagradable, aun más cuando el jardín por su tipología debe de ser integrado en el entorno (por ejemplo un jardín de campo).
5.     Hacemos un uso casi exclusivo de plantas anuales. Creo que la planta anual o de temporada es la que mas se vende en los viveros. Es verdad, son bonitas, están en flor, son llamativas, pero, haciendo un paralelismo: una casa no se amuebla con una bonita lámpara. Las plantas anuales pueden servir para complementar, pero no hacen el jardín.
6.     Pretendemos resultados rápidos. Quizás ese asunto se merezca un post a parte. Nos hemos acostumbrado a tenerlo todo listo desde el primer momento, a comprar productos instantáneos, llaves en mano. En cambio los jardines, por su naturaleza, tardan en dar resultados porque llevan intrínseco el factor crecimiento. De allí la tendencia de convertir el jardín en un Belén para compensar las faltas del principio. Yo recomiendo paciencia y discreción. En estos casos las semillas de anuales pueden ser muy útiles.

miércoles, 12 de junio de 2013

La primavera se esfuma

Se nos está acabando la primavera y, hasta ahora, en pocas ocasiones, el jardín y nosotros hemos podido disfrutar del sol. Días grises y mucha lluvia nos han acompañado casi sin interrupción en este año climatológicamente tan inclemente.
Los macizos evolucionan  tímidamente  y apenas se atreven a hacer alarde de color.
En el macizo de las Lavandas, las kniphofias están dando lo que pueden. Son cuatro plantas y tres de ellas están floreciendo. No está mal, si se considera que las he obtenido este año por división de dos plantas en mal estado. Desde un punto de vista estético crean cierto efecto de énfasis, con sus espigas de colores tan vivaces, que no me disgusta. Casi seguramente las mantendré para el próximo año.



Pero del macizo me está agradando mucho este detalle: los Carex componen un fondo perfecto para los tonos fuertes de las Achilleas y de las Lavandas.

Hay una bonita perspectiva que atraviesa el macizo de las lavandas y kniphofias, salta la zona de grava y llega  hasta el pequeño macizo del Aeonium, apoyándose finalmente sobre la pared de piedra. La mirada se mueve rítmicamente del amarillo de las kniphofias al de los Iris y al de las Coreopsis.



Nos cambiamos de zona, vamos al macizo de las Stipas. Son ellas de momento las protagonistas absolutas con su maravilloso follaje pajizo bronceado. De momento solo las florecillas de las Rutas le hacen de contrapunto.


Confiaba con que las dos grandes matas de Liatris blanca se hicieran ver en el fondo del macizo, pero estos últimos días han sido más propios del otoño que de la primavera. Las espigas incipientes han frenado su ímpetu esperando días mejores. No querrán faltar a la cita con las abejas ya que a las abejas tampoco les gusta mucho pasear con lluvia.
Para los tintes fuerte de Crocosmias y Solidagos habrá que esperar hasta el pleno verano, que parece estar a años luces de esta primavera. La vivacidad de sus grandes masas de flores quedaría apagada bajo estos cielos plúmbeos.

.... (continua)

lunes, 10 de junio de 2013

Una intrusa

En jardinería siempre queda espacio para cierta dosis de improvisación. En el macizo de las Liatris ha abierto su primera flor esta amapola que nadie había ni plantado ni sembrado.



Hace dos o tres años las había incluido en un macizo pero no las había vuelto a sembrar porque los resultados habían sido modestos. Parece que esta semilla se ha conservado durante todo este tiempo allí en aquella esquina a la base del tronco para germinar con fuerza este año.
Cuando, hace un par de meses, aun pequeñita la reconocí, no me atreví a arrancarla. No es planta para poner en solitario, tampoco armoniza con el contexto, pero a veces hay que poner de lado los tecnicismos y gozar de la belleza de una planta al margen de la correcta planificación.

jueves, 6 de junio de 2013

Técnicas para conseguir un Jardín sostenible

Ya en un post anterior había hablado del concepto de sostenibilidad analizando el significado de la palabra sostenible y relacionándola al jardín. Me gustaría ahora decir algo mas sobre las técnicas y las operaciones que hay que emprender  para que nuestro  jardín sea sostenible.
1.      Renunciar al césped. Pocas cosas en el jardín son menos sostenibles que un césped.  En efecto el césped es un monocultivo que tiende a deteriorarse con el tiempo a no ser que se intervenga con gran cantidad de inputs o recursos: agua para mantenerlo verde, fertilizante porque devora nutrientes, herbicida porque salen hierbas por el medio que lo estropean, antimusgo porque en las zonas sombreadas es inevitable que salga el musgo. Si nos gusta la hierba podemos tener pradera natural allí donde las condiciones lo permiten.
2.      Cuidar del suelo. Es un factor esencial. El suelo es un sistema más complejo de lo que pensamos y además es biológicamente activo. Aunque no lo veamos, en el ocurren una infinidad de procesos químicos, físicos y bilógicos. No nos olvidemos que las plantas tienen sus raíces en la tierra de la cual absorben agua y nutrientes. Es importante entonces que el suelo de nuestro jardín retenga la humedad y sea rico en nutrientes. Eso se consigue incorporando regularmente materia orgánica o compost que podemos obtener a partir de los mismos restos del jardín. El suelo además va acolchado recubriéndolo con materiales orgánicos tipo corteza de pino o similares o incluso con restos de poda triturados. Eso reducirá la evapotranspiración y los cambios bruscos de temperatura. Contribuirá además, a que en la capa superficial se establezca una intensa actividad bilógica.   
3.      Elegir especies adecuadas y plantarlas en el sitio adecuado. Nos evitará un montón de problemas porque una planta situada en el sitio equivocado nunca crecerá sana. Parece obvio pero pocas veces se respeta ese criterio.
4.      Prever el desarrollo de las plantas. Es uno de los principales problemas. Con el tiempo las plantas se nos hacen demasiado grandes, se estorban entre ellas y nos quitan espacio. En estos casos hay que recurrir a intervenciones drásticas hasta incluso eliminar plantas que llevaban años en nuestro jardín. Eso representa una grave pérdida. Para que el jardín perdure intacto en el tiempo las plantas deben ser plantadas pensando desde el principio en el tamaño que alcanzan a madurez. Tendremos así un jardín para toda la vida y podremos controlar el desarrollo de nuestras plantas solo a través de las podas de rutina.
5.      Asociar las plantas según sus requerimientos. En la naturaleza cada planta ocupa un lugar, un estrato, una capa. Algunas plantas proveen sombra, otras se benefician de ella creciendo a sus pies, otras resguardan del viento y otras protegen el suelo. En el jardín hay que buscar las mismas sinergias para que cada planta se beneficie de las otras.
Estos son los principios básicos que hay que aplicar a la hora de querer realizar un jardín sostenible. Su cumplimiento nos permitirá ahorrar en recursos, mantener el jardín sin esfuerzo año tras año y beneficiar al medio ambiente.

miércoles, 5 de junio de 2013

Día 5 de Junio y la floracion escalonada

Hoy era el día designado para hacer público el fallo del Concurso de Embelezemento convocado por el Concello de Carnota. Como sabéis hasta ahora he hecho los deberes dedicando a este proyecto varias entradas del blog. Pero tendré que esperar aun un par de semanas para saber el veredicto del jurado porque, dadas las adversas condiciones climatológicas de la temporada, el fallo ha sido trasladado al día 20 de Junio.
Aprovecharé, entonces, para seguir mostrando en este blog la evolución de los macizos del Jardín Menecha, porque los macizos, al margen del concurso, siguen evolucionando.
El dia 5 de junio, el macizo de las Liatris se presentaría así:

No está mal pero, como podéis ver en la foto, las Liatris todavía no están en flor. Les falta poco, algunas están sacando “espiga”, pero no están en flor. Obviamente, era de esperar.
Por eso, en la planificación de los macizos, es importante prever un escalonamiento de las floraciones. Esto nos permite proporcionar color al macizo durante un largo periodo de tiempo puesto que las floraciones de las especies empleadas se suceden en el tiempo: algunas florecen antes y otras después, algunas dejan de florecer y otras empiezan. Así nos aseguramos que el macizo se mantenga siempre interesante con momentos de menor y de mayor intensidad.
En el caso concreto de este macizo, las especies empleadas (Felicia amelloides, Geranium sanguineum, Salvia greggii) son dotadas todas de un periodo de floración muy largo, a excepción de las Liatris cuya función no es la de proporcionar color al macizo, sino la de conferirle espectacularidad: el macizo ya de per se colorido tendrá un ápice de color cuando las Liatris estén en flor.
De aquí al dia 20 debería darse esta circunstancia. Digo debería porque en jardinería hay que usar siempre el condicional.

lunes, 3 de junio de 2013

Una imagen

La naturaleza, se sabe, es cíclica y cambiante.
Las formas, los colores y los tonos cambian no solo de una estación a otra, sino también en el transcurso de semanas. La floración de una sola especie puede marcar el aspecto de un conjunto en una determinada época del año. En algunos casos, cuando coinciden varios elementos, los jardines, al igual que los paisajes que nos rodean, dejan estampas que se imponen con hermosura ante nuestros ojos.
Aunque no me guste hablar de foto del mes, me gustaría dedicar esta entrada a la imagen que para mí mejor refleja el semblante que el jardín Menecha ha mostrado durante estas últimas 5-6 semanas.


Euphorbias, Acantos, Digitalis y Weigelia, la lluvia y el cielo gris, los brotes tiernos, el aire fresco y cargado de humedad han dado lugar a esa composición que ha sido un deleite para el jardinero durante más de un mes y que poco a poco está perdiendo fuerza, se está esfumando, desvaneciendo. Cederá el paso a otros tonos y texturas más veraniegos. Quizás se recomponga de aquí a un año, pero nunca volverá exactamente igual.
El jardín, se sabe, no se detiene, sino que fluye incesantemente.