Tengo que ser sincero: rara vez veo jardines que me sorprendan por la armonía del conjunto. Cuando compramos una casa con finca, los espacios exteriores suelen presentarse como una extensión abierta sin nada, a diferencia de los interiores que nos vienen ya estructurados y organizados. Lo normal es que no nos preocupemos de distribuir el espacio, sino solo de sembrar césped y de plantar algún arbusto. Imaginaros una casa sin paredes donde pondríamos unos muebles aquí y allí sin criterio aparente (no estoy hablando del open concept). Y entonces no es de extrañar que la gran mayoría de los jardines particulares no tenga ni pie ni cabeza (perdonad la crudeza de esa afirmación).
Se puede objetar afirmando que no todos somos expertos jardineros, ni tampoco tenemos porque contratar a un paisajista, pero, estoy convencido de que, con un poco mas de cuidado, podemos hacer que nuestros jardines sean mas agradables y disfrutables. No voy a tratar aquí de los fundamentos del diseño de jardín, que podéis encontrar bien explicados en cualquier libro de diseño, pero os voy a decir cuales, desde mi punto de vista, son los errores más comunes que se cometen en el jardín (no es raro el caso en que concurran todos en el mismo jardín):
1. Hacemos de nuestro jardín una colección de plantas. Lo que suele ocurrir es que año tras año compremos las plantas que mas nos gustan para plantarlas en nuestro jardín allí donde hay espacio. Nuestro jardín se convierte con los años en un revoltijo de arbustos donde lo unico que destaca son conflictos y estridencias.
2. No pensamos en el tamaño que las plantas alcanzan a madurez. No me canso de decirlo: las plantas en vivero tienen un tamaño que muchas veces no es ni el 10% de lo que será. Un arbusto alto 30-40 cm en vivero a los 5-6 años puede medir tranquilamente 3 m y ocupar una superficie y un volumen 10 veces mayor. Por no hablar de los arboles, por ejemplo arboles frutales. He visto manzanos plantados a menos de 2 m de distancia. Esa falta de previsión nos obliga a recortes drásticos o incluso a tener que eliminar plantas de nuestro jardín porque “había crecido demasiado”. Una pena, porque los años perdidos en un jardín no se recuperan.
3. No tenemos en cuenta los requerimientos de las plantas. Volvemos un poco al primer punto porque es consecuencia de que, en la compra de plantas, solo nos guiamos por lo que nos gusta. Entonces es común colocar plantas de sol a la sombra y plantas de sombra a pleno sol. A la hora de escoger plantas nos fijamos aun menos en el tipo de suelo (arenoso, arcilloso, etc.) de nuestra parcela; algunas veces no hay ni siquiera la suficiente profundidad de suelo.
4. Tendemos a marcar el perímetro de la finca con setos rígidos. Esa práctica crea en la mayoría de los casos un efecto verdaderamente desagradable, aun más cuando el jardín por su tipología debe de ser integrado en el entorno (por ejemplo un jardín de campo).
5. Hacemos un uso casi exclusivo de plantas anuales. Creo que la planta anual o de temporada es la que mas se vende en los viveros. Es verdad, son bonitas, están en flor, son llamativas, pero, haciendo un paralelismo: una casa no se amuebla con una bonita lámpara. Las plantas anuales pueden servir para complementar, pero no hacen el jardín.
6. Pretendemos resultados rápidos. Quizás ese asunto se merezca un post a parte. Nos hemos acostumbrado a tenerlo todo listo desde el primer momento, a comprar productos instantáneos, llaves en mano. En cambio los jardines, por su naturaleza, tardan en dar resultados porque llevan intrínseco el factor crecimiento. De allí la tendencia de convertir el jardín en un Belén para compensar las faltas del principio. Yo recomiendo paciencia y discreción. En estos casos las semillas de anuales pueden ser muy útiles.