jueves, 26 de septiembre de 2013

Por un haz de luz


Ese año, en el mes de Febrero cambié los Aster de sitio porque me parecía que estaban en una zona del jardín con muy poco sol.
El verano trascurrió caluroso y seco y los Aster en su nuevo emplazamiento no se desarrollaron muy a gusto, manifestándose un ataque de hongos que afeó bastante su follaje. A esto hay que añadir que no me molesté en pinzarlos, una operación imprescindible para compactar su crecimiento.
Me resignaba a ver unos Aster enfermizos y desgarbados, cuando hace un par de días, después de la primera lluvia abundante en varios meses, y a través de los rayos del sol que baja al horizonte los vi con esa luz.
Y ahora creo que quizás merezca la pena darles otra oportunidad para el año que viene.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Bulbosa de Septiembre


La primera vez que vi estas vistosas flores sobre pedúnculos desprovistos de hojas me impresionaron bastante. No estaban en un vivero sino en “tierra de nadie”. Tenían toda la pinta de ser la típica planta de jardín naturalizada y caída en desuso. Una planta de jardín de la abuela, quizás. Desconocía por completo su nombre, cuando hojeando un viejo libro de flores de jardín leí la ficha de algo parecido denominado Nerine, o también podría ser Amaryllis belladonna.
Llame como se llame desde hace ya unos años ocupan un pequeño lugar en el Jardin Menecha al pie del manzano. Florecen puntualmente en el mes de Septiembre surgiendo como de la nada. Mas tarde aparecen las fuertes hojas acintadas, que crecen durante el invierno y la primavera y luego, en verano, se marchitan.
En una época en la que se presiente ya la llegada del otoño en el jardín, esa bulbosa puede ofrecernos una nota de color potente y elegante que durante unas semanas actúa como un original punto de fuerza.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Asalto a los pexegos

En septiembre, todos los años,  acontece uno de los eventos mas gustosos del jardín Menecha: la maduración de los pexegos, los frutos del pexegueiro. Nunca he contrastado esta información pero creo que el pexegueiro es una variedad de melocotonero autóctono de Galicia. Tiene una excelente capacidad de autosembrarse ya que si tenéis uno aparecerán a su alrededor todos los años pequeños pexegueiros que se pueden fácilmente trasplantar al lugar adecuado. Es un frutal de crecimiento rápido, de fructificación precoz (produce frutos a los tres-cuatro años de su germinación). Increíblemente generoso en cantidad de frutos. Lamentablemente es una planta de vida corta y no es infrecuente ver pexegueiros medio secos en las fincas de Galicia. A no ser que se le practique una poda adecuada que permite rejuvenecerlo y prolongar su vida productiva. El pexegueiro de la foto tiene alrededor de 10 años, llevo 5 años podándolo y su aspecto actual es excelente. La producción de ese año ha sido especialmente buena en cantidad y calidad de los frutos. Un autentico manjar. 

… Y que gran emoción es recoger frutos de un árbol en vez que de las estanterías del supermercado.


martes, 3 de septiembre de 2013

¿Jardines con pocas o con muchas especies?

Hay varios aspectos que definen la tipología de jardín, pero hay un parámetro que imprime al jardín un carácter especial: la variedad botánica, es decir la diversidad de especies que podemos encontrar en el jardín. 

 ¿Qué nos gusta más? Un jardín con muchas plantas diferentes o por lo contrario un jardín con pocas especies. 

Es probable que la mayoría de los aficionados tenga preferencia por el primer tipo de jardín. En general nos gustan las plantas y cuanta más diversidad mejor. Por experiencia puedo decir que a poca gente le gusta tener un jardín con solamente tres o cuatro especies. Sin embargo hoy en día la tendencia de la gran mayoría de los diseñadores es usar un reducido número de especies. Esa elección tiene su razón de ser: un contado número de especies asegura una mayor homogeneidad de la composición paisajística y un más fácil mantenimiento, adecuado a las exigencias de la sociedad actual. 

Como diseñador, cuando tengo que crear un jardín estoy siempre ante un dilema: por un lado me gusta introducir mucha variedad, por otro soy consciente de que la variedad puede ser motivo de heterogeneidad y además exigir un trabajo de mantenimiento más complejo. 

Cuando planifiqué el Jardín Menecha mi suegro me dijo: quiero manzanas, peras, mandarinas, albaricoques, etc., etc. todo tipo de fruta. Mi suegra me dijo: quiero flores todo el año. Esto es lo normal. La gente ve la finca como una especie de contenedor en el cual meter todo lo que quepa. Me la tuve que ingeniar para incluir más de un centenar de especies en pocos metros cuadrados. Así que el Jardin Menecha presenta un aspecto algo heterogéneo. No obstante no llega en ningún momento a ser caótico. 

Por lo tanto creo que, crear jardines bonitos con muchas especies es posible, pero hay que poner especial atención en la jerarquía que se establece entre las plantas de la composición, en el equilibrio de formas y volúmenes, en las combinaciones cromáticas y en la sincronización de las floraciones.