La mayoría de las plantas herbáceas perennes da lo mejor de si durante el periodo de primavera-verano y entra en reposo en invierno. Como consecuencia, la parte aérea de la planta desaparece en invierno para volver a reaparecer en primavera.
El acanto, en cambio, se pone mustio en verano: la planta pierde vigor y las hojas ya martirizadas por lo caracoles, amarillean rápidamente. Tenemos que aprovechar ese momento para dividirlo y reducir su envergadura. El acanto es de hecho una planta muy vigorosa que tiende a expandirse año tras año.
La operación es muy fácil. Con una laya, que no es otra cosa que una pala recta y cortante, cortamos el rizoma allí donde queremos y lo extraemos de la tierra. Ese trozo de rizoma nos puede valer perfectamente para generar una nueva planta.
Tras unas semanas la planta formará nuevas hojas y estará totalmente renovada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario