jueves, 26 de septiembre de 2013

Por un haz de luz


Ese año, en el mes de Febrero cambié los Aster de sitio porque me parecía que estaban en una zona del jardín con muy poco sol.
El verano trascurrió caluroso y seco y los Aster en su nuevo emplazamiento no se desarrollaron muy a gusto, manifestándose un ataque de hongos que afeó bastante su follaje. A esto hay que añadir que no me molesté en pinzarlos, una operación imprescindible para compactar su crecimiento.
Me resignaba a ver unos Aster enfermizos y desgarbados, cuando hace un par de días, después de la primera lluvia abundante en varios meses, y a través de los rayos del sol que baja al horizonte los vi con esa luz.
Y ahora creo que quizás merezca la pena darles otra oportunidad para el año que viene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario