jueves, 23 de junio de 2011

Año 2010


Si el 2008 fue el año de la expectación y el 2009 el de la sorpresa, el 2010 fue un año de maravillas. Las plantas, después de un invierno extraordinariamente frio, respondieron a la llegada de la primavera con júbilo, frescor y discreción. El verano se presentó rebosante de colores intensos y explosivos, que rozaron el pictórico. El otoño: ordenado y pausado.
En cuestión de tres años disponíamos ya de un jardín que aunque no fuese maduro (¡que decir de los pequeños frutales!) nos estaba regalando grandes emociones. La Naturaleza requiere su tiempo pero es muy agradecida.










2 comentarios:

  1. Qué jardín más molón, ideal para disfrutar en familia...

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  2. En verdad que con todas esas fotos parece mucho más grande de lo que es...:-)

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