Si el 2008 fue el año de la expectación y el 2009 el de la sorpresa, el 2010 fue un año de maravillas. Las plantas, después de un invierno extraordinariamente frio, respondieron a la llegada de la primavera con júbilo, frescor y discreción. El verano se presentó rebosante de colores intensos y explosivos, que rozaron el pictórico. El otoño: ordenado y pausado.
Qué jardín más molón, ideal para disfrutar en familia...
ResponderEliminarEn verdad que con todas esas fotos parece mucho más grande de lo que es...:-)
ResponderEliminar