miércoles, 5 de febrero de 2014

Recuperación de un árbol frutal viejo y descuidado


Los arboles frutales se convierten con el pasar de los años en una maraña de ramas que, además de afear la silueta del árbol, es causa de una peor calidad de los frutos, de una mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades y de posibles roturas y derrumbamientos. El manzano de la foto por ejemplo aparece recostado sobre un lado. En esos casos es aun posible recuperar esos viejos arboles con una buena poda, lo que no equivale, como podría pensarse erróneamente, a una poda drástica.
En el caso aquí ilustrado el principal trabajo de poda ha consistido en eliminar ramas superfluas o mal posicionadas, o lo que es lo mismo, en seleccionar las ramas mejor situadas. Es un trabajo que el podador hace mentalmente, pero que cualquiera puede hacer marcando previamente las ramas que quiere mantener o las que quiere eliminar.
Tras esta poda este árbol ha vuelto a nueva vida. De hora en adelante será posible practicarle una simple poda de fructificación manteniendo intacta la estructura principal.
Dicho esto, recomiendo practicar podas regulares (todos los años o casi) en los arboles frutales para evitar cortes de gran tamaño.